Salmo 52: 8,9

“Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios. En la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre. Te alabaré para siempre porque lo has hecho así y esperaré en tu nombre porque es bueno delante de tus santos”. Salmo 52: 8,9

El olivo es uno de los árboles más longevos y verdes. Por eso es que David, el salmista, se compara con ese árbol porque está lleno de sabia, de agua de vida que lo mantiene erguido como un olivo. Cuando se vive, como David, bajo el cuidado del Señor, el gozo hace que surja el anhelo de vivir por siempre, motivados por la esperanza. El Señor ha permitido que conozcamos su misericordia, amor y compasión hacia el que está en desgracia, para que reconozcamos que Él es nuestro refugio. En el Señor podemos confiar por siempre y permanecer como “olivos verdes” a la espera de lo que está por venir.

Que el Señor los bendiga.