Salmo 3: 3

"Mas tu Jehová eres escudo alrededor de mi; mi gloria y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a Jehová y Él me respondió desde su monte santo". Salmo 3: 3

Dios es bueno; nos ha llamado hijos y tenemos el derecho de llamarle Padre. Como el mejor de los Padres cuida a quienes le temen y le honran con obediencia. Él no duerme, siempre está alerta, su mirada está fijamente puesta en nosotros para librarnos de todo mal. Él no permitirá que el enemigo nos destruya; por el contrario, confundirá a quienes nos quieren hacer daño y los exhibirá, completamente avergonzados, delante de nosotros. Su presencia sanará nuestras heridas y resentimientos; seremos transformados en personas nuevas y la Palabra de Dios será la roca sobre la cual se afirmarán nuestros pies.

Como príncipes y princesas del Reino de Dios caminaremos con la cabeza erguida y ya nadie nos podrá avergonzar. Él, como Padre amoroso, anhela oir la voz de sus hijos los cuales serán bendecidos con sus sabios consejos y sus promesas las cuales serán cumplidas en las vidas de quienes han confiado en Él.

Dios nunca nos defraudará pues no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta. Espere, con una buena actitud, su respuesta porque como dice su Palabra "que cumpla todos tus deseos y lleve a cabo todos tus planes" Salmo 20:4.

Que el Señor los bendiga.