Levantar alas como águilas...

Salmo 27: 1, 2, 3

06.08.2009 08:12

“Jehová es mi luz y mi salvación ¿de quien temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida ¿de quien he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mi los malignos, mis angustiadores y mis enemigos para comer mis carnes ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mi, no temerá mi corazón, aunque contra mi se levante guerra y estaré confiado”. Salmo 27: 1, 2, 3

 

Durante nuestra vida, el temor nos ha visitado muchas veces: temor a la soledad, al que dirán, a la enfermedad, al rechazo, al desempleo, al dolor, a la muerte, a la separación, a no poder cumplir con nuestras obligaciones, etc.;sin embargo, la Palabra del Señor nos da libertad, confianza, seguridad y viene a romper las cadenas con las cuales no ha querido atar el enemigo por medio del temor. El miedo nos amarra a la incapacidad, la frustración y la desesperanza y es Dios quien viene a liberarnos de esa esclavitud. ¿De quien temeré?, podríamos preguntarnos; pero, cuando el Señor nos rescata de la oscuridad y nos conduce a otra realidad donde experimentamos la luz admirable de su presencia entonces podremos confiar en que nada ni nadie podrá atemorizarnos. Dios nos ha prometido que ningún dardo forjado contra nosotros prosperará. De igual manera, nos recuerda que muchos pelearán contra nosotros pero no nos vencerán porque Él pelea la batalla por nosotros y, en su momento, nos dará la victoria. Los malignos, los que quieren angustiarnos con sus argumentos y sus acciones, los que desean hacernos daño serán confundidos y caerán delante de nosotros. El Señor es justo y protege a quienes le obedecen. Escrito está.

Que el Señor los bendiga.

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Lilliana María Incera Villalta

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San José, Costa Rica

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