Salmo 18: 16, 17, 18, 19

"Envió desde lo alto: me tomó. Me sacó de las muchas aguas. Me libró de mi poderoso enemigo y de los que me aborrecían pues eran más fuertes que yo. Me asaltaron en el día de mi quebranto, mas Jehová fue mi apoyo. Me sacó a lugar espacioso. Me libró porque se agradó de mi". Salmo 18: 16, 17, 18, 19.

Dice Dios en su Palabra, específicamente en Isaías 14:24:" ciertamente se hará de la manera que lo he pensado". Todo lo que Dios pensó está escrito en las Sagradas Escrituras y si usted se decide a leer la Palabra de Dios descubrirá que el Señor siempre ha pensado en protegerlo y bendecirlo y así sucederá.

En el momento en que usted siente que se ahoga y que ya no puede sobrevivir, Él lo tomará y lo depositará en tierra firme. Aun y cuando sus enemigos sean más fuertes que usted y vengan en gran número a rodearlo para hacerle mal no debe de temer porque mayor es el que está en usted que el maligno que está en el mundo.

Si Dios dijo que lo protegerá y le brindará su apoyo para que salga adelante es porque, sin duda alguna, así será. Si se siente acorralado, asfixiado por los problemas, Dios no lo dejará solo sino que extenderá su brazo para tomarlo y llevarlo a un lugar espacioso y seguro. Sin embargo, las últimas 7 palabras son verdaderamente importantes y son las que desatan las bendiciones.

Hay personas que dicen que todo les sale mal y que el Señor nunca se acuerda de ellas; pero, no analizan el estilo de vida que llevan. Quizá, están inmersos en el pecado y no han tenido ningún interés de reconciliarse con el Padre. Viven la vida loca y aun así consideran que Dios debe tenderles la mano.

Recordemos que Dios ama al pecador pero aborrece el pecado. Tengamos presente que Él nos tiene paciencia y que lo único que espera es el arrepentimiento para abrazarnos y hacer en nuestras vidas todo lo bueno que ha pensado. "Me libró porque se agradó de mi" dicen las últimas 7 palabras.

Él se agrada de quien le teme, le honra, le adora, le alaba y le reconoce como el poderoso Dios. A Él le agradan las personas que lo buscan y confian en Él; las que conocen su Palabra, la obedecen y la comparten con quienes están desesperanzados; las que siguen los pasos del Señor Jesús; no es camino fácil el que nos espera pero vale la pena agradarle a Dios porque grande es la recompensa.

Que el Señor los bendiga.