Levantar alas como águilas...

Salmo 103:13,14

27.11.2009 08:10

"Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen. Porque el conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo". Salmo 103:13,14
 
Dios es nuestro Padre; su amor no tiene límites y es mayor que el que nos dan nuestros propios padres biológicos. Él sabe de nuestras limitaciones; Él reconoce que muchas veces queremos hacer lo bueno pero nuestra debilidad humana nos inclina hacia el pecado. Él sabe de nuestras luchas por hacer lo recto delante de sus ojos y por eso es que nos tiene paciencia y misericordia; nunca se cansará de nosotros, siempre estará dispuesto a tendernos su mano; pero, esa actitud la tiene para quienes le temen, le aman y le respetan. Las personas alejadas de Él no alcanzan su misericordia; muchos tragos amargos tendrán que beber para darse cuenta de que lejos de Él no son nada. 

En la compasión que tiene por nosotros está involucrada la disciplina; "porque el Señor al que ama disciplina" dice su Palabra en Hebreos 12:6; por lo tanto, algunas veces, Él permite las pruebas para pasar a sus hijos por fuego y darle firmeza al carácter. La misericordia de Dios nunca permitirá que la prueba sea mayor a la resistencia de quien la experimenta; en medio de la experiencia dolorosa, el hombre tiende a reconocer sus limitaciones y es entonces cuando se da cuenta de que necesita del poder de Dios para sobrevivir. Él es el mejor de los padres y por eso es que está tan interesado en nuestra felicidad; quienes lo creen podrán librarse de muchos dolores de cabeza porque en lugar de andar haciendo loco por la vida seguirán el camino que Él señala y que con tanto amor nos muestra para evitarnos los tropiezos.

Que el Señor los bendiga.

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Lilliana María Incera Villalta

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San José, Costa Rica

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