"Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ese es mi hermano y hermana y madre". Mateo 12:50
El éxito del cristianismo radica en la obediencia. Dios jamás podrá ser burlado; no hay nada oculto para Él y de antemano sabe quien será galardonado por su fe y por sus obras y, por el contrario, también sabe quien se perderá. Las personas que conocen al Señor Jesús y por convicción siguen sus pasos forman parte de una gran familia espiritual cuya cabeza es Él y cuyo fundamento es el amor. Dios nos llama hijos y Jesús llama amigos a quienes muestran respeto por su Padre. Pertenecer a la familia de Dios es estar cercado por un vallado de protección pues el Padre nos cuida con celo; el Señor intercede por nosotros, los ejércitos de ángeles esperan la orden para acudir en nuestro auxilio y nuestros hermanos oran, sin cesar, por nuestras necesidades. Damos gracias a Dios por la hermosa familia a la cual pertenecemos.
Lilliana María Incera Villalta
San José, Costa Rica