Levantar alas como águilas...

Mateo 12: 46 al 50

30.06.2009 11:53

“Todavía estaba Jesús hablando a la gente cuando acudieron su madre y sus hermanos que deseaban hablar con Él. Como se quedaron afuera alguien avisó a Jesús: tu madre y tus hermanos están afuera y quieren hablar contigo. Pero Él contestó a quien le llevó el aviso: ¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos? Entonces señalando a sus discípulos dijo: estos son mi madre y mis hermanos. Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre, que está en el cielo, ese es mi hermano, hermana y mi madre”. Mateo 12: 46 al 50

 

En estos versículos el Señor advierte lo importante que es la familia espiritual. De ninguna manera, Él estaba negando la presencia de su familia biológica; pero, aprovecha la oportunidad para señalar a sus discípulos y mencionar que aunque esas personas no son sus familiares Él los considera muy cercanos, como sus hermanos y su propia madre porque ellos hacían la voluntad del Padre y todos fluían en un mismo espíritu. Para muchos seres humanos, sus propios familiares no les son de mucha ayuda y permanecen, por diversas razones, muy distanciados. Es la familia espiritual, el cuerpo de la iglesia, los que vienen a ser, para ellos, su verdadera familia.  Se comunican entre si y se apoyan mutuamente durante el día malo y se gozan juntos en los días buenos. Dios nos prometió que nunca estaríamos solos. Él, en toda circunstancia, siempre estará a nuestro lado; pero, prepara espiritualmente a personas quienes, como hermanos, nos sostendrán con sus oraciones y compañía cuando la prueba llega. Demos gracias a Dios por la familia espiritual que está a nuestro alrededor.

Que el Señor los bendiga.

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Lilliana María Incera Villalta

lincera03@hotmail.com

San José, Costa Rica

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