Levantar alas como águilas...

Juan 3: 8

04.12.2009 07:10

"El viento sopla de donde quiere y oyes su sonido; mas ni sabes de donde viene ni a donde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu" Juan 3: 8
 
Cuando creemos con nuestro corazón y confesamos con nuestra boca que Jesús es el Señor de nuestras vidas todo en nosotros y alrededor inicia un proceso de cambio. Si Él es "Señor" significa que tiene el control y que le estamos dando autoridad para que nos diga que hacer, como actuar y hacia donde ir. Muchas veces, como seres humanos que somos, actuamos en nuestra carne y planeamos nuestro día y los que están por venir.

Pero resulta que nuestros pensamientos y nuestra dirección, muchas veces, es muy diferente a los planes que Dios tiene para nuestras vidas. De repente, estamos frente a una persona que no esperábamos; o nos invitan a una reunión sorpresiva o se interrumpe un plan que habíamos diseñado desde mucho tiempo atrás. Tal vez nos enojamos porque nada ha salido como lo habíamos planeado. Pero resulta que esa persona a quien no conocíamos  fue puesta en nuestro camino porque  necesitaba oír de Dios para cambiar su lamento en gozo; o, en esa reunión, Dios nos va a levantar para que demos testimonio del amor de Dios y que muchos se conviertan o quizá la dirección que llevaban nuestros pasos no era la correcta y Él nos estorba para que caminemos hacia otro punto.

Así mueve el Espíritu Santo de Dios a quienes han puesto su confianza en Él. El Espíritu Santo de Dios no es una tormenta, no es un viento recio; Él es un soplo apacible que mueve a su antojo a las personas y cada movimiento trae bendición porque hemos creído que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Déjese mover por la voz sabia y serena del Espíritu de Dios; ríndase a Él porque nadie más que Él sabe lo que le conviene.

Que el Señor los bendiga.

Contacto

Lilliana María Incera Villalta

lincera03@hotmail.com

San José, Costa Rica

Buscar en el sitio

© 2009 Todos los derechos reservados.

Crea una página web gratisWebnode