"Si permanecéis en mi y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis y os será hecho". Juan 15:7
Jesús es la vid verdadera y nosotros somos los pámpanos pegados a Él. Si permanecemos en esa condición, unidos a Él, seremos nutridos por su Palabra que es agua viva y de vida; es entonces cuando comenzamos a dar fruto abundante para glorificar el nombre de Dios. Por el contrario, si permanecemos alejados del Señor seremos como ramas secas que serán cortadas y lanzadas al fuego para que se quemen. Nada bueno podrá salir de nosotros alejados de Él; pero; si permanecemos atentos a su Palabra, el Señor se encargará de que sus promesas sean cumplidas en nuestra vida. Esa es la voluntad del Padre que demos fruto para que su Reino sea extendido en este mundo y muchas personas disfruten de su amor, paz, gozo, fuerza y misericordia.
Lilliana María Incera Villalta
San José, Costa Rica