Levantar alas como águilas...

Isaías 55: 10, 11

08.01.2010 14:55

"Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve y no vuelve allá sino que riega la tierra y la hace germinar y producir y da semilla al que siembra y pan al que come; así será mi Palabra que sale de mi boca; no volverá a mi vacía sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para que la envié". Isaías 55: 10, 11.
 
La Palabra de Dios desciende sobre los creyentes como una lluvia de bendiciones. La Palabra es como un río de agua viva que calma la sed de quienes creen desfallecer en el desierto. Las personas que la reciben con fe llenarán su vida de frescura y darán abundante fruto. Ellas dejarán atrás las tierras áridas del desierto y comenzarán a caminar por tierras muy fértiles donde será sembrada la buena semilla. Por eso es tan importante declarar y profetizar la Palabra de Dios sobre la vida de las personas; cuando lo hacemos nos convertimos en el instrumento que Dios utiliza para bendecir a otros. La Palabra tiene poder y cuando se pronuncia se desata la bendición y ocurren los milagros en la vida de quien la recibe creyendo. Por eso, los enfermos reciben sanidad; quienes viven en la pobreza son prosperados; el lamento es transformado en danza; el odio queda atrás y llega el amor; el rencor y el resentimiento dan paso al perdón. Nunca seremos defraudados pues Dios siempre respaldará la Palabra poderosaque salió de su boca. "Lo que Él dijo Él lo hará".
Que el Señor los bendiga.

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Lilliana María Incera Villalta

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San José, Costa Rica

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