Levantar alas como águilas...

Isaías 38: 1,2,3,4,5

23.10.2009 09:29

"En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz y le dijo: Jehová dice: ordena tu casa porque morirás y no vivirás. Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared e hizo oración a Jehová y dijo: oh Jehová te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro. Entonces vino Palabra de Jehová a Isaías diciendo: ve y di a Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así:  he oído tu oración y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años". Isaías 38: 1,2,3,4,5
 
La oración de Ezequías, Rey de Judá, nos muestra como un corazón humillado puede tocar el corazón de Dios y desatar su misericordia. Ezequías, en algunos momentos de su vida, fue soberbio y orgulloso; sin embargo, cuando recibe la noticia de su muerte inminente no reacciona con enojo sino que asume una actitud humilde, ora y en su oración le dice al Señor que no olvide que la integridad y la verdad han sido parte de su vida. El Rey de Judá le pide a Dios que haga un repaso de su vida y que recuerde lo bueno que ha hecho; practicamente suplicaba por su vida. Con su oración, Ezequías intentaba cambiar su destino. Él quería alcanzar la gracia, el favor, la misericordia de Dios para que sus días fueran prolongados. La respuesta de Dios evidencia que Él es un Padre extraordinariamente bueno que premia la obediencia. La oración de Ezequías hizo que Dios le añadiera a su vida quince años más. Dios no sufre de amnesia, Él tiene una memoria perfecta y es capaz de recordar hasta los mínimos detalles de la vida de cada quien y se complace con quienes hacen el bien. En Hebreos 6:10, la Palabra dice: "porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su Nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún".

Esos pasajes bíblicos nos muestran el corazón de Dios que sobreabunda en amor; pero, también nos muestran a un Dios justo que favorece a los humildes y a quienes se arrepienten de todo mal. ¿Somos nosotros, con nuestras actitudes, capaces de tocar el corazón de Dios para que Él nos bendiga con su favor?

Que el Señor los bendiga.

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Lilliana María Incera Villalta

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San José, Costa Rica

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