Levantar alas como águilas...

Génesis 35: 2,3

27.07.2009 13:50

“Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros y limpiaos y mudad vuestros vestidos y levantémonos y subamos a Bet-el y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia y ha estado conmigo en el camino que he andado”. Génesis 35: 2,3

Jacob ha sido considerado uno de los grandes héroes de la fe. Él reconoció en su vida la presencia de un Dios bueno y fiel que lo consoló en los momentos de prueba y le brindó su compañía protectora en todos los lugares donde estuvo. Jacob anheló que su familia y todos los que lo rodeaban honraran y adoraran al Dios que él conocía y  los invitó a que se despojaran de otros dioses y subieran a Bet-el que significa Casa de Dios. El Señor nos mueve hoy a que tengamos la misma actitud sabia de Jacob. Que sea el Señor la prioridad de nuestras vidas y que nos llamemos Bet-el o Casa de Dios porque el anhelo del Señor es morar en nuestras vidas. La pregunta que nos podemos hacer es ¿Cuáles son nuestros dioses ajenos?, ¿de que debemos despojarnos?, ¿cuál es la prioridad en nuestras vidas?. Será nuestro dios el trabajo, o, tal vez, el dinero, alguna adicción, la infidelidad, el chisme, la rebeldía, la pereza, el pleito, el juego, la fornicación; en fin, un sinnúmero de conductas hacen que el hombre ponga el pecado en el altar que le corresponde al Señor. La presencia del Espíritu del Señor en nuestras vidas tiene un gran sentido: mudarnos en nuevas personas para que, entre otras cosas, nuestras prioridades sean cambiadas para que Él ocupe el primer lugar en nuestro diario vivir.

Que el Señor los bendiga.

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Lilliana María Incera Villalta

lincera03@hotmail.com

San José, Costa Rica

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