"Amado, yo deseo que tu seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud así como prospera tu alma". 3°Juan 2
Hay personas que creen que los cristianos deben vivir en la pobreza; han malinterpretado el significado de la palabra humildad; debemos ser humildes de corazón y conducirnos igual con todas las personas sin tomar en cuenta su condición socioeconómica pero eso no significa que no podemos aspirar a la riqueza material. Jesucristo es Rey, dueño del oro y de la plata y Él se complace en bendecir, en forma abundante, a quienes con esfuerzo y valentía viven de acuerdo a sus mandatos. Dios prospera a sus hijos para que éstos compartan sus posesiones con aquellos que menos tienen. De igual manera, Él quiere que prospere nuestra alma y que nuestras emociones sean controladas por el conocimiento que tengamos de su Palabra y por la presencia, en nosotros, de su Santo Espíritu; entonces tendremos paz, gozo, sosiego, amor y echaremos fuera el temor, el odio, la duda, la desesperanza y la ansiedad. Cuando la paz impera en nuestras vidas la salud física y mental está presente. Ese es el estilo de vida que Dios anhela para sus hijos y el cual todos debemos practicar.
Lilliana María Incera Villalta
San José, Costa Rica