1°Corintios 14:33

"Pues Dios no es Dios de confusión sino de paz". 1°Corintios 14:33
 
Las emociones aplastan a las personas cuando viven alejadas de Dios. El temor, el caos, la inseguridad, la derrota se levantan cuando el día malo las visita y tienden a enredar las circunstancias, aún más, porque actúan guiadas por su propia prudencia y se dejan aconsejar por quienes no tienen sabiduría; las emociones les nubla el entendimiento. Se les olvida que Dios está dispuesto a darnos "todas las cosas" incluyendo la solución de los problemas. Cuando Nehemías recibió malas noticias sobre los judíos se sintió profundamente afectado. Sin embargo, no se dejó llevar por su aflicción pues hubiera hecho lo incorrecto sino que se sentó, lloró, hizo duelo por algunos días, ayunó y oró a Dios contándole, con toda confianza, lo que estaba ocurriendo con su pueblo y le pidió que lo guiara y le concediera éxito. Dios, en su infinito amor y fidelidad, escuchó la oración de Nehemías y le concedió el éxito y la sabiduría que esperaba para reconstruir los muros de Jerusalén. Nehemías sabía que en Dios estaba la solución a todos los problemas. Esa actitud es la que debe acompañarnos siempre pues nuestro Padre Celestial traerá claridad a nuestros pensamientos y nos inundará con su paz cuando enfrentamos pruebas. Poco a poco la desesperación propia de las circunstancias irá desapareciendo mientras que la fe y la confianza puesta en Dios irán en aumento. No tendremos ninguna duda de que el Señor nos dará la victoria pues Él es junto con quienes le temen.